Espejo casi invisible el horizonte que eras tú;
dueña del tiempo y su esperanza
Lejos el tiempo aquel
de la sutil estación desgranando gajos de ternura
Hoy, azulejos misterios surcan las calles
donde ya casi ni existes
Un salobre río inunda la ciudad con fríos adioses
y contra ello la esperanza ya no lucha, ya no;
sólo el ave de la filosofía saciará su sed/ no el corazón
El olvido es la bandera que flamea en tu sonrisa.
Jorge Còrdovachuquihuanga.
Pimas - Perù
Pimas - Perù