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martes, 24 de enero de 2023

CRÓNICA DE UNA EXCURSIÓN

 Tumbes, 2013



–El sol empieza a sonreír– –sobre calles que se agitan– –como ríos tempestuosos–

Cada nueva avenida es un adiós.   ……. (Ahhhhhhhhhhhaaaaa)…….

–Te recuerdo, ALGARABÍA– 


……………………..Me siento desdoblar de hinojos……………………..

Mirada perdida de los transeúntes.   El cielo es un hondo suspiro…


–Suelos argentos que ríos parecen– –corriendo hacia uno– –abofetean el alma– 

Últimos movimientos de concreto……   astillas de luz..….   rostros de campo……


Saludan los árboles.  El aire más fresco. Tierras. Caminos. Sembríos… 

Vuelve la vida con su toque lozano.  Verde lejanía…  Amor.

–Te recuerdo–  

Palmeras solitarias.  Pasto. Otras tierras. Otras manos 

……………………..El auto avanza preñado de nostalgias……………………..

Miradas.  Sonrisas.  Voces.  Murmullos.  

A dónde vamos?      …                 Despierto……………………………..

Pastores agitados.  Ganado pastando.  Tierra nuevamente. Movimientos 

–No.  No llueve–. –Es el rocío del silencio– –resbalando entre las lunas– 

……. (Ahhhhhhhhhhhaaaaa)……. 

Ir.  –Autos de ida y vuelta- -Me saludan-

–Te recuerdo, NOSTALGIA–


……………………..Obreros minutos acampan mi espacio…………………….. 

Me miran. ¡Quién soy!  ¿Importa quién soy?

Me deslizo entre sembríos. Perfumes de hierba. Aldeas con rostro de mujer

………………………………………………………………..Lejanía tendida con rostro de mujer


Emergen suspiros casi religiosos   ……otros vientos……   ……otros ojos…… 

Alma verde.  Sentimiento.  Olvidos.   Puente.   Cerca. Otras voces

Otros caminos.  Quietud.  Sueño. Libertad……………………….

Quién llora? –¡Oh!  Lluvia, me mojas–

–Puertas que son cuerpos– –de espaldas corriendo– –en busca de sus años perdidos–

Sombra.                               Frío.                                             Tentación.


……………………..Asimilo los horizontes desde el espejo……………………..

¡Qué frondas!               ¡Qué ríos!                          ¡Qué trinos! 

¡Qué rostros de pueblo paliando las penas!

Pero qué curvas.  Sí,  curvas húmedas.  Olor de neumáticos…

Y el jaja de los hombres perdidos en el vientre de la tierra prohibida


–Regreso a tus instantes–   

Recuerdo de luz en la noche salvaje. Un río bramando en la noche salvaje

¡A dónde voy¡ ¿importa A dónde voy?

Cielo.                                Pasto.                                                Agua.

……………………..Todo fluye como un canto herbal entre los bosques…………………….. 

Aire.  Respiro. Árboles despiertos.  Paisajes taciturnos. Vida otra vez……


Evoco en silencio. Sí, algo duele sentimentalmente dentro mío.

Extraño.  Sí, extraño vivir lo que no he vivido…

Frío.  Silencio.  Azul nocturno del misterio.  Adiós puerta. Adiós ventana

Palmas.  Algo invade el palpitar.  Algo hace falta aquí. Ves?

–Te recuerdo, ocaso–

 

Despedida de un no sé qué horizonte.

–Aves en la inmensidad– –como pestañas– –inquietas de ojos inquietos–

Ira. Volcán. Pueblo. Otra vez libertad…     …..campo sembrado……

Liviano el corazón. Todo fluye de un tiempo a otro.

Travesía……traves……trave…tra…

Verdor gris.  Frutas.  Palmeras.  Vuelve el silencio.

Paz.                 Olor de viaje.            Sembríos otra vez. 

Miro fuera del cristal.        Rostro empapado de la lejanía

Rutina del tiempo sin fin.  Voces. Voces que manan de escombros

Voces que pueblan trifulcas. Que sudan palabras. Voces que callan…


Me nombran asesor del silencio. Me asaltan. Me llueven…..

Tristeza dulce.  Vaivén del viento.  Olor.  Me acampan auroras


Me voy  ¿a dónde voy…?

Evoco el tiempo que nunca viví. Palabras al azar me invaden. Me ríen 

¡Quién soy! ¿Importa quién soy?


Señal de llegada. 

Nueva luz.  Quieta lejanía.  Abrazos de tierra y de monte esparcido.

No. No me encuentro.  Palpar de congojas.

………..Algo hace falta aquí…….   ……Delibero…..   …..cuezo silencios……

No. No soy dueño de estas palabras.

Soy instrumento de un raro sentir.


jueves, 8 de septiembre de 2022

PAIMAS

 

 1



Y si tú hablaras desde el fondo de la tierra

Y fueras más que la tierra misma


Y si tu nombre fuera extenso

Tanto que cupiera en una sola melodía


Y si lloviera de pronto Y estoy lejos de tu cuerpo

busco entre la hierba tus fragancias

y en la niebla tus sonrisas me aspergean


Y hay un camino que no sabe a dónde

pero sabe el origen de los sueños


Y hay un río como un beso Y un silencio

que hace música por entre las sementeras


Y si tú hablaras desde el fondo de la vida

Y fueras más que la vida misma


Y si fueras lo que el viento no se atreve

y rompieras los cristales de esos sueños


Y si llamaras como llaman los que esperan

Los que buscan sepultados por el tiempo

dándose la mano y sonriendo


Y es tu puerta un grito O un suspiro

donde está mi Madre zurciendo mis edades


Y hay un puente que es un árbol, Y una mesa

Y una luz que se dispersa, Y una mano

sosteniendo para siempre mi existencia.

jueves, 18 de agosto de 2022

HUELLAS

 


Agua de los ríos

Y la música que en ellos

mimetiza el viento 

Perfume de árboles. De hojas mojadas

por la lluvia silenciosa

La hierba tumbada 

donde unos cuerpos rodaban  

buscando sus libidos secretos

es ya una estación de cantos

donde el tiempo sigue joven

y las aves se recrean

picoteando huellas de semillas

Debajo de las piedras 

hay aguas de otros ríos

Pero todo sigue igual 

como al principio

El viento entre los árboles

y luego besando las aguas de los ríos

La música de lluvia sobre las hojas

y esta luz de la mañana 

dibujando tu sonrisa.


miércoles, 15 de junio de 2022

RESPLANDOR DEL RELÁMPAGO

  (Arte poética)



El beso que es luz de un agua transparente

y el crisol donde la noche incuba sus misterios

Asaz de un suspiro que gotea

sobre el cuerpo perfumado de la ausencia

Y esta vicisitud de acasos pestañeando 

entre las sombras temblorosas del paisaje 

Abrir y cerrar de ojos. Y quedarse quieto

de súbito, como el sonido húmedo 

de una gota de rocío cuando cae 

en el silencio más silencio de los silencios.


martes, 15 de febrero de 2022

ENTRE LA LLUVIA Y LA AUSENCIA

 

Es oír la música que entre los bosques espesos

fragorosamente emiten los últimos silencios 

El arpa de la multitud callada

Algo que se marcha y deja una estela de historia entre los vivos

Aguas quietas o dunas verdes u hojas que se desprenden

como la sonrisa de las lejanías:

pequeñas estaciones donde se ahítan los crepúsculos 

y el mundo se libera de los ruidos zafios 

El beso del relámpago y la inmortal oscuridad de los misterios 

Es palpar lo imperceptible: Una gota de rocío cuando cae 

y el temblor levísimo en la hoja

Luz  de un no sé qué sendero de suspiros 

como si en ello se acurrucasen todas las edades de la Vida

Ni más ni menos. El abrazo de un tiempo único

que se quiebra entre las sombras de la ausencia.


viernes, 8 de octubre de 2021

UNOS OJOS ME MIRAN DESDE TODOS LOS CREPÚSCULOS

 Ebrio cristal de los crepúsculos:

TU MIRADA







Tus ojos están en todos los cielos 

me miran desde el alba hasta el ocaso

y en las noches 

son luces azules que llueven sobre mis sueños

Tus ojos están en todas las ciudades

y en todas las ciudades se apoderan de mí.


lunes, 26 de abril de 2021

INTERSTICIO DE UNA EDAD CUALQUIERA

Quieta como agua de estanque en las praderas

la zarandeada vida –a veces– se entona 

se cristaliza como un silencio musical 

cuando cierras los ojos recostado bajo los árboles densos

Ni el rumor del céfiro 

Ni el azaroso aleteo de las aves sobre las ramas

Sólo el sonido de las hojas cuando caen sobre estas aguas 

y el remolino tenue que como una tela de araña 

se extiende fugaz 

hasta perderse bisbiseando con los tallos y las algas.


martes, 27 de octubre de 2020

MÚSICA DE AGUAS LENTAS ENTRE LAS PIEDRAS


La mujer que amo tiene el perfume de la tierra sembrada
En ella el viento escribe su desnudes de agua
Esa pestaña de un paisaje que se filtra
por las grietas diminutas de unos dedos enlazados
Música de aguas lentas resonando entre las piedras
La mujer que amo. Danza de lluvia que se puebla
Santuario de mariposas renacidas
Acaso labios. Pétalos de labios de la aurora
cuando el sol se ahonda sempiterno
Resplandor de luna equidistante al fuego
en las playas ignoradas donde sólo dos se tienen
Cuerpo. Sabiduría. Algo de alcohol en la mirada.





De: La música de la escarcha

HERENCIA

HERENCIA


En las afueras de mi ausente casa

un árbol sigue creciendo

Un árbol que es todas las vidas

todas las aves, todos los vientos

 

En mi bolso llevo siempre un aire de sus copas

hojas secas que me cuentan

el secreto de la tierra y la semilla

 

Todos los pueblos que me habitan

tienen cortezas de su cuerpo

Un cuerpo que se humaniza como un canto

se hace cumbre y se hace pueblo

oriundo de aguas vírgenes

adonde los gritos de la historia nunca llegan

 

Un árbol que es todos los árboles

Y es música. Estirpe. Perduración

 

Mi camino es un eco de su tallo.





De: La Música de la escarcha


domingo, 11 de marzo de 2018

TIEMPO BLANCO DE LA SEMILLA

Vuelvo al sonido del Mundo

Vuelvo al Camino

a oír el Adentro en mi Sangre:

ese llamado de Canto que se encrespa en el alma

cuando flamean trifulcas y silencios

entre el amar y sus acasos y sus aventuras

y sus fiestas vivas en la Palabra y en el Cuerpo

Vuelvo a oír la sonrisa del Hombre

con su Palana en el hombro y silbando

Vuelvo al río, al sueño azul de los Campos

y su Historia tatuada de historias

Otra vez el aroma fresco del paisaje

Mi Amor en el bolso

el rumor de los recuerdos


Vuelvo al río de los encuentros

a oír las estrofas inéditas de los bosques

a leer el cuaderno lis de la tierra


Vuelvo al tiempo blanco de la Semilla

lunes, 8 de septiembre de 2014

PAIMAS, MEDIO SIGLO DE EXISTENCIA

(Pequeña remembranza)

Situado a 574 msnm, con una superficie total de 319,67 km², y creado mediante Ley No.15134 del 8 de septiembre de 1964, el Distrito de Paimas, uno de los 10 en los que está divido la Provincia de Ayabaca, cumple hoy medio siglo de existencia. En uno de sus caseríos (Algodonal, el más cercano) tuve la suerte de nacer, allá por los años 80s. Los diez minutos que separan Algodonal de la zona “Urbana” me permitían contemplar de cerca el rumbo o la quietud en que se sumergía. Recuerdo el silencioso pasar de los días con el mismo rostro de siempre, una cierta nostalgia de pueblo olvidado que parecía nunca sonreír; más, sin embargo, sus paisajes, su río Quiróz, su canal de regadío túnel VI, sus quebradas, sus bosques, vestigios y caminos hacían contraste con la rutina insatisfecha de su gente. Nací y crecí resbalando por sus calles terrosas, entonces; jugando a la luz de la luna (única luz de nuestras noches, puesto que la planta Hidroeléctrica de Zamba solamente abastecía cinco horas, desde las seis de la tarde, a la parte céntrica del Distrito); trabajando entre sus valles húmedos y verdes, semilla en mano, trasplantado arroz; escuchando promesas de un mañana mejor para nuestro pueblo.
El tiempo seguía avanzando, nuevos presidentes, nuevos Alcaldes, mismas incertidumbres, por ahí uno que otro pequeño pincelazo que mejoró con la llegada de la luz eléctrica a la mayoría de los caseríos que conforman nuestro Distrito.
Los hijos crecen y se marchan en busca de mejores horizontes, no fui la excepción; un día partí, bajo el amparo de parientes paternos, llevando en mi mochila de recuerdos, aquellas imagines dulces y tristes que me diera a saborear mi Tierra; esta tierra que se ha plasmado en el núcleo de muchas de mis primeras creaciones poéticas (“Perfumes de la Tierra” tiene mucho de ello), y que a la distancia celebro y disfruto; partí dejando mis años infantes adheridos en esas calles, en el campo, mi pequeña morada que ya no es. Desde entonces he vuelto en muchas oportunidades, y el mismo rostro, la misma rutina, nada nuevo. Pero últimamente he ido percibiendo un cierto panorama jovial que invita a soñar ese mañana mejor.

Corazón de todo lo que veo cuando distante
Alma pletórica de todo cuanto aspiro.
A ti sediento he ayunado en todas mis edades.
Cómo mentirle a mi pecho con otro nombre
este pulso evo que conglomera todas las Vidas.
Cómo ir por sendas inquietas en pos de sonrisas
sin degustar tus años humildes: tierra húmeda, semilla nueva
rebrotando en cada estación de la lluvia
Oh núcleo de mi canto. Vientre de mujer que amo
donde los hijos van creciendo hasta llamarse campo
Tu más que nada sabes de mi ayer casi olvidado…


El tiempo sigue avanzando y, con certeza, debo decir que muchas cosas han cambiado, aunque no como se quisiera. Ahora luce una plaza hermosa, sus calles, ya no terrosas, ordenadas reciben a los visitantes; el mercado de abastos; su gente empeñosa, sus campos, sus caseríos. Pero aún, considero, hay mucho por hacer. Mención aparte y especial para la I.E “Juan Velazco Alvarado”, mi alma mater y de varias generaciones Paimeñas, y testigo del, poco a poco, desarrollo que se viene dando en nuestro Distrito.
Espero, y creo que muchos, por no decir todos, que nuestras autoridades actuales y venideras pongan un poco más de empeño en forjar un verdadero desarrollo, que las cosas buenas que se anuncian lleguen hasta los más recónditos de nuestros veintitantos caseríos que conforman el Distrito.


Un saludo fraternal a todos mis paisanos, y a modo de homenaje les dejo a continuación un pequeño poema. 


PAIMAS, TIERRA QUE SE COSE ENTRE MIS VENAS


Ubérrima y apacible tierra
donde las altas cumbres sonríen como niños traviesos
y el sol extiende sus manos de labriego
sobre el lento pasar de los días
Sus valles
bañados por las aguas del acucioso Quiróz   
labrados de sol a sol por manos obreras
se despiertan
como una alfombra tejida
verdeando a lo largo del río
Es dulce el canto de las aves surcando los crepúsculos
La sonrisa de bellas muchachas
es un paisaje de mariposas multicolores en los jardines
Ah los verde-azules campos que saludan
cada llegada
de los hijos que se marchan
El amor es la bandera que flamea
entre los árboles y las dulces notas del viento

Así te amo, mujer
Canción, fulgor del alba
estación de la alegría; tan en mí 
como esta tierra que se cose entre mis venas
A ella voy, como a ti, sin ningún reproche
porque de ella vengo
con este amor que yo te ofrezco
Ven conmigo a recorrer sus calles
a respirar aire puro que desciende de las montañas
Subirémos las copas de los árboles frutales
Bailaremos en sus fiestas, en sus caseríos
y sabrás del fluir amoroso de los sueños
en el rostro de su gente cuando hablan

Saldremos a cazar los versos de la noche
escuchando las tertulias de los vientos:
la siembra y la cosecha y el desahogo
las luciérnagas 
tu corazón y el mío
y amanecer, te lo aseguro, 
con el canto enternecido de las aves

Ven conmigo y acompáñame hasta la cima
Hay vestigios de otros tiempos
ocultos entre rocas y parajes
Y desde allí contemplaremos un fastuoso panorama
extendiéndose
por inhóspitos senderos del horizonte

Eso es Paimas, amor mío; eso es Paimas
La bandera de amor que flamea al norte de tus ojos
y saluda la llegada
de los hijos que se marchan.

Paimas 2011


domingo, 31 de agosto de 2014

Plenitud

Mi pensamiento
sobre el paisaje de tu cuerpo
como los ojos de un niño
sobre la dulce mañana
Aún
cuando la distancia se interpone
como un mar.

jueves, 19 de abril de 2012

De las Rosas tu Sonrisa y tu Perfume

Para verte sonreír
yo me acerco hasta las rosas

El perfume es tu Perfume
elixir de mis desiertas horas

La suave caricia del viento
tiene mucho de ti
      
Te espero en cada excusa del silencio
con verdes Poemas
                  que me hablan de ti.

Jorge Còrdovachuquihuanga
Paimas - Perù

sábado, 26 de noviembre de 2011

Lóbrego

Hoy sólo soy un mendrugo de pan en la mesa vacía,
migaja de un mal desayuno,
hambre,  desolación,   campo yermo.
Me duele la mordida de un mal paso en el camino
y ni siquiera soy alimento para el ave solitaria.

Mi distancia entre la Vida y la Muerte es éste callejón
de donde nadie me ve salir,
ni oyen mi gemido ni presienten mi aliento.
Soy la elegía del labriego en el tañer de una guitarra,
la góndola al abismo de un frió atardecer.

He de quedarme aquí en esta mesa sin forma
como un vago rumor del viento en la madrugada
y ni siquiera estoy seguro de que me encuentres,
soledad, árido fundo de amarguras.

Pero aunque a nadie ésto debe importar -si estoy o no
en ésta culebra de la vida tosca y rara-
me atrevo a ser lo que a veces nunca pienso:
palpito de un amanecer sonriente y altivo.

Sólo soy lívido encanto de mis horas negras
donde me celebro a mi manera con la música del viento
y me marcho detrás de la campana agorera
al crepúsculo mustio de la puerta indómita.

Miro el tren de los recuerdos: ya no están,
la mirada triste del gentío al despedirse
asidos del silencio con el corazón helado,
y me da miedo haberme quedado muy solo. 


Jorge Cordovachuquihuanga