Es oír la música que entre los bosques espesos
fragorosamente emiten los últimos silencios
El arpa de la multitud callada
Algo que se marcha y deja una estela de historia entre los vivos
Aguas quietas o dunas verdes u hojas que se desprenden
como la sonrisa de las lejanías:
pequeñas estaciones donde se ahítan los crepúsculos
y el mundo se libera de los ruidos zafios
El beso del relámpago y la inmortal oscuridad de los misterios
Es palpar lo imperceptible: Una gota de rocío cuando cae
y el temblor levísimo en la hoja
Luz de un no sé qué sendero de suspiros
como si en ello se acurrucasen todas las edades de la Vida
Ni más ni menos. El abrazo de un tiempo único
que se quiebra entre las sombras de la ausencia.