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lunes, 8 de septiembre de 2014

PAIMAS, MEDIO SIGLO DE EXISTENCIA

(Pequeña remembranza)

Situado a 574 msnm, con una superficie total de 319,67 km², y creado mediante Ley No.15134 del 8 de septiembre de 1964, el Distrito de Paimas, uno de los 10 en los que está divido la Provincia de Ayabaca, cumple hoy medio siglo de existencia. En uno de sus caseríos (Algodonal, el más cercano) tuve la suerte de nacer, allá por los años 80s. Los diez minutos que separan Algodonal de la zona “Urbana” me permitían contemplar de cerca el rumbo o la quietud en que se sumergía. Recuerdo el silencioso pasar de los días con el mismo rostro de siempre, una cierta nostalgia de pueblo olvidado que parecía nunca sonreír; más, sin embargo, sus paisajes, su río Quiróz, su canal de regadío túnel VI, sus quebradas, sus bosques, vestigios y caminos hacían contraste con la rutina insatisfecha de su gente. Nací y crecí resbalando por sus calles terrosas, entonces; jugando a la luz de la luna (única luz de nuestras noches, puesto que la planta Hidroeléctrica de Zamba solamente abastecía cinco horas, desde las seis de la tarde, a la parte céntrica del Distrito); trabajando entre sus valles húmedos y verdes, semilla en mano, trasplantado arroz; escuchando promesas de un mañana mejor para nuestro pueblo.
El tiempo seguía avanzando, nuevos presidentes, nuevos Alcaldes, mismas incertidumbres, por ahí uno que otro pequeño pincelazo que mejoró con la llegada de la luz eléctrica a la mayoría de los caseríos que conforman nuestro Distrito.
Los hijos crecen y se marchan en busca de mejores horizontes, no fui la excepción; un día partí, bajo el amparo de parientes paternos, llevando en mi mochila de recuerdos, aquellas imagines dulces y tristes que me diera a saborear mi Tierra; esta tierra que se ha plasmado en el núcleo de muchas de mis primeras creaciones poéticas (“Perfumes de la Tierra” tiene mucho de ello), y que a la distancia celebro y disfruto; partí dejando mis años infantes adheridos en esas calles, en el campo, mi pequeña morada que ya no es. Desde entonces he vuelto en muchas oportunidades, y el mismo rostro, la misma rutina, nada nuevo. Pero últimamente he ido percibiendo un cierto panorama jovial que invita a soñar ese mañana mejor.

Corazón de todo lo que veo cuando distante
Alma pletórica de todo cuanto aspiro.
A ti sediento he ayunado en todas mis edades.
Cómo mentirle a mi pecho con otro nombre
este pulso evo que conglomera todas las Vidas.
Cómo ir por sendas inquietas en pos de sonrisas
sin degustar tus años humildes: tierra húmeda, semilla nueva
rebrotando en cada estación de la lluvia
Oh núcleo de mi canto. Vientre de mujer que amo
donde los hijos van creciendo hasta llamarse campo
Tu más que nada sabes de mi ayer casi olvidado…


El tiempo sigue avanzando y, con certeza, debo decir que muchas cosas han cambiado, aunque no como se quisiera. Ahora luce una plaza hermosa, sus calles, ya no terrosas, ordenadas reciben a los visitantes; el mercado de abastos; su gente empeñosa, sus campos, sus caseríos. Pero aún, considero, hay mucho por hacer. Mención aparte y especial para la I.E “Juan Velazco Alvarado”, mi alma mater y de varias generaciones Paimeñas, y testigo del, poco a poco, desarrollo que se viene dando en nuestro Distrito.
Espero, y creo que muchos, por no decir todos, que nuestras autoridades actuales y venideras pongan un poco más de empeño en forjar un verdadero desarrollo, que las cosas buenas que se anuncian lleguen hasta los más recónditos de nuestros veintitantos caseríos que conforman el Distrito.


Un saludo fraternal a todos mis paisanos, y a modo de homenaje les dejo a continuación un pequeño poema. 


PAIMAS, TIERRA QUE SE COSE ENTRE MIS VENAS


Ubérrima y apacible tierra
donde las altas cumbres sonríen como niños traviesos
y el sol extiende sus manos de labriego
sobre el lento pasar de los días
Sus valles
bañados por las aguas del acucioso Quiróz   
labrados de sol a sol por manos obreras
se despiertan
como una alfombra tejida
verdeando a lo largo del río
Es dulce el canto de las aves surcando los crepúsculos
La sonrisa de bellas muchachas
es un paisaje de mariposas multicolores en los jardines
Ah los verde-azules campos que saludan
cada llegada
de los hijos que se marchan
El amor es la bandera que flamea
entre los árboles y las dulces notas del viento

Así te amo, mujer
Canción, fulgor del alba
estación de la alegría; tan en mí 
como esta tierra que se cose entre mis venas
A ella voy, como a ti, sin ningún reproche
porque de ella vengo
con este amor que yo te ofrezco
Ven conmigo a recorrer sus calles
a respirar aire puro que desciende de las montañas
Subirémos las copas de los árboles frutales
Bailaremos en sus fiestas, en sus caseríos
y sabrás del fluir amoroso de los sueños
en el rostro de su gente cuando hablan

Saldremos a cazar los versos de la noche
escuchando las tertulias de los vientos:
la siembra y la cosecha y el desahogo
las luciérnagas 
tu corazón y el mío
y amanecer, te lo aseguro, 
con el canto enternecido de las aves

Ven conmigo y acompáñame hasta la cima
Hay vestigios de otros tiempos
ocultos entre rocas y parajes
Y desde allí contemplaremos un fastuoso panorama
extendiéndose
por inhóspitos senderos del horizonte

Eso es Paimas, amor mío; eso es Paimas
La bandera de amor que flamea al norte de tus ojos
y saluda la llegada
de los hijos que se marchan.

Paimas 2011